domingo, 8 de noviembre de 2009

Homenaje a mi Pueblo




Dedico este poema a mi amado Pueblo, Villaguay y especialmente a mi queridos amigos de la infancia: Mabel, Titito y Nenita Melgarejo; Tito Huck, Vitorio Zalate, Cármen Calderón y a mi querido hermano Gabriel. ¡Viva mi Pueblo, Carajo!!!


Infancia


Las madreselvas blancas y naranjas

se mecen suavemente con la brisa de la tarde

su fragancia se mezcla con el aire

y me llevan de viaje hasta la infancia...




Es otra vez verano en Villaguay

y nos desparramamos en la hierba

frescos de sabrosos damascos

y sandías suculentas.

Contentos tan solo por ser los propietarios

de la magia dorada de la siesta

donde éramos nosotros los reyes

de un país lleno de hadas y de duendes,

donde era suficiente la setencia: "decía que..."

para que todo fuera cierto en un instante

y las escobas se transformaran en caballos rozagantes

y las sábanas fueran fuertes paredes

de palacios provistos de maravillas diferentes.

Un sombrero era una corona de diamantes

o la misteriosa galera del mago más importante...

y jugábamos incansables

gozando todo el tiempo de estar juntos.

A veces éramos papá y mamá

o policías y bandidos...

otras, periodistas, doctores o payasos,

cocineros, locutores o maestros...

otras veces el juego consistía

en saltar la cuerda o el elástico

o treparnos furtivamente

a las máquinas cosechadoras de lo Corfield

eludiendo la fiel guardia del perro Taragüí.

Otras el juego era sencillamente

subirnos a los árboles o escondernos

o simplemente corrernos hasta caer rendidos de la risa

los cachetes colorados y los ojos brillantes...

Todo era bueno, divertido:

el trompo, el karting, la carroza...

las carreras en bici

las secretas excursiones al arroyo Las Piedritas...

El Vitorio, el Tito, la Nenita,

la Lelel, el Titito, la Carmén,

el Gabito y la Patricia

jugando incansables

en una ronda feliz de frutas y luciérnagas.

El tiempo era sencillamente

el tiempo de los juegos y la escuela

el horario de comer o de acostarse

o la hora de hacer los deberes

o la hora de mirar los Picapiedras en la tele...

Las fechas importantes

eran las de los días de cumpleaños

las de los actos del colegio

o el casamiento de vecinos o parientes

oportunas ocasiones para ponernos preciosos,

para estrenar trajecitos o zapatos,

recibir regalos,

y comer todo tipo de pasteles y de tortas.

Pero ya sea vestidos de etiqueta

o descalzos y embarrados chapoteando en los charcos

nosotros éramos los amos de la vida

nada había capaz de detenernos

ni golpes ni resfríos ni raspones

ni los gritos ni rezongos de los viejos...

"total "...

la fiesta de los juegos era nuestra

y nuestro era el mágico mundo de la siesta...





Las madreselvas bailan con el viento

absorbo su perfume con todos los sentidos...

¡SOY FELIZ

el crepúsculo me acuna en su regazo...

el país de la infancia que brilla

en el centro de Entre Ríos

me ilumina la frente y endulza las horas del presente!


Julia Patricia Peralta Herrera
27-02-06





6 comentarios:

  1. Me gustó el poema! Me emocioné mucho!!!

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  2. Cuanta ternura en tus palabras, en verdad me emocionaron, y por un rato te vi en tu lugar de infancia.
    Besitossssssssssssssssssssssssss.

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  3. que bueno. donde vivias en villaguay

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